Síntomas
como el resfriado y la congestión nasal se caracterizan por ser una infección
del tracto respiratorio superior causada por uno de los más de 200 virus
existentes, pero en la mayoría de los casos se trata del rinovirus.


Cuando
el virus llega a la superficie de la mucosa de la nariz (en ocasiones también a
la garganta) se engancha a las células y perfora las membranas permitiendo así
que el material genético del virus penetre y se reproduzca. En respuesta a la invasión
del virus el organismo despliega sus defensas; la nariz y a garganta liberan
mediadores químicos que estimulan las defensas, las células dañadas producen
prostaglandinas que desencadenan un proceso inflamatorio y atraen así a los
leucocitos.
Cuando
aumenta el moco en nuestro cuerpo es la consecuencia de la inflamación,
entonces aumenta el mencionado moco que aumenta la cantidad de edema local y
causa la congestión. También como consecuencia de la respuesta inmune puede
aumentar la temperatura corporal. Se
libera así histamina con una mayor producción del moco con el fin de atrapar y
expulsar las partículas víricas.


Entonces el cuerpo contraataca con todos sus recursos; monocitos, linfocitos e interferón, y varias proteínas que circulan en el plasma que recubren el virus y las células infectadas haciendo más fácil su reconocimiento y destrucción por parte de los glóbulos blancos.
Este
proceso suele ser temporal y se resuelve por lo general en un espacio corto de
tiempo. Aunque en ocasiones la congestión nasal se vuelve crónica y provoca
alteraciones que en espacios cortos de tiempo afectan constantemente al organismo.
También puede estar involucrado el oído, sobre todo en casos graves en los que
se ve afectada la mucosidad del canal auditivo provocando otitis.
Los
síntomas del resfriado se deben a la respuesta inmunitaria natural del
organismo a la infección más que a las agresiones al tejido por parte del
virus. Generalmente alcanzan su punto álgido después de 2-3 días de la
aparición de los síntomas que normalmente se resuelven en 7-10 días. En algunos
casos estos efectos se prolongan durante varias semanas.
Un
resfriado afecta principalmente a la nariz, garganta (faringitis) y los senos
paranasales (sinusitis). Y el síntoma de congestión nasal está asociado con
otros trastornos como puede ser rinorrea, dolor de garganta, tos, dificultad
para respirar, catarro, ojos llorosos…
En
ocasiones puede ir acompañado de fatiga, dolor muscular, dolor de cabeza y
pérdida de apetito.

Para combatir todos estos síntomas se pueden utilizar diferentes productos naturales especiales para expectorar la mucosidad, aliviar la nariz y garganta, etc. Plantas como el Eucalipto, la Menta, el Tomillo o el Romero son útiles en estos casos. También es importante reponer líquidos, beber mucha agua y tomar fruta que ayudará a reponer vitaminas y minerales.

Para combatir todos estos síntomas se pueden utilizar diferentes productos naturales especiales para expectorar la mucosidad, aliviar la nariz y garganta, etc. Plantas como el Eucalipto, la Menta, el Tomillo o el Romero son útiles en estos casos. También es importante reponer líquidos, beber mucha agua y tomar fruta que ayudará a reponer vitaminas y minerales.