
Cuando hablamos de hígado perezoso, nos referimos a una persona que tiene siempre “mala salud” a pesar de intentar cuidarse. Estas personas se cuidan precisamente porque nunca se encuentran bien del todo.
Es característico que presenten problemas de alergias, fatiga,
dolores musculares, acidez estomacal, etc.
Esto se produce porque el hígado presenta una capacidad
desintoxicativa más baja de lo habitual, y esto sumado a errores dietéticos
consumidos a diario provocan una serie de sintomatología:
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Color
opaco en la piel o palidez facial.
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Capa
lingual amarillenta.
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Ojeras.
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Decoloración
amarillenta en los ojos.
·
Manchas
marrones en la piel.
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Ancé,
rosácea.
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Prurito.
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Sabor
amargo en la boca.
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Dolores
de cabeza.
·
Cambios
de estado de ánimo, irritabilidad.
·
Sudoración
excesiva.
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Artritis.
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Rubor
facial o arañas vasculares en la cara.
·
Palmas de
las manos y plantas de los pies rojos (picor e inflamación).
·
Problemas
de digestión de grasas.
Es importante aprender a “escuchar” lo que nuestro cuerpo nos
dice y saber ponerle remedio antes de que sea demasiado difícil hacerlo.
Si presentas alguno de estos síntomas consulta con tu
Naturópata de confianza para que te diseñe y tratamiento y recuperar pronto el
equilibrio orgánico.