La
presión arterial sistémica, o más comúnmente denominada presión sanguínea o
presión arterial, es la presión de la sangre arterial a nivel sistémico y está
entendida como la intensidad con la que se ejerce una fuerza realizada por la
sangre sobre la pared de los vasos sanguíneos. A lo largo del recorrido
vascular realizado por la sangre en cada distrito corporal, esta presión varía,
disminuyendo gradualmente desde el ventrículo izquierdo hasta las arteriolas.


La
presión arterial se subdivide en dos:
-
SISTÓLICA: conocida como presión
máxima, determinada por la fase de contracción del ventrículo cardíaco
(Sístole).
-
DIASTÓLICA: conocida como presión
mínima, determinada por la fase de relajación del ventrículo cardíaco
(Diástole).


Los
factores que hacen que aumente la presión
arterial son:
-
Estrés
permanente.
-
Estilo
de vida sedentario.
-
Tabaquismo.
-
Antecedentes
genéticos.
-
Niveles
de colesterol elevados.
-
Toma
de algunos fármacos.
-
Esclerosis
vascular.
-
Abuso
de sustancias estimulantes.
-
Alimentos
ricos en sal y comidas saladas.
Los
factores que ayudan a reducir la tensión arterial son:
Alimentación
pobre en sal y grasas animales.
-
Oligoelementos
como el Magnesio, el Potasio y derivados sulfurados.
-
Reducción
del peso corporal.
-
Realizar
una actividad física personalizada con regularidad y constancia.
