POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

lunes, 18 de mayo de 2015

INTOLERANCIA A LA LACTOSA


Últimamente se habla mucho de la intolerancia a la lactosa y cada vez hay más personas que la padecen. Pero la mayoría de las personas que sufren este trastorno sólo saben que les sienta mal la leche y ya está. Por ello intentaré aportar un poquito de información sobre este tema.
La intolerancia a la lactosa es una afección de la mucosa intestinal que impide digerir el azúcar de la leche, debido a una deficiencia de una enzima llamada lactasa, que se produce en el intestino delgado y que es imprescindible para asimilar los dos componentes básicos de la leche, la glucosa y la galactosa.

Se ha comprobado que la posibilidad de padecer esta patología es menor en aquellos apises en los que el consumo de leche y productos lácteos derivados es tradicional que en aquellos países en los que el consumo de leche no es tan habitual.

 

Las poblaciones cosmopolitas más afectadas por esta intolerancia son los africanos, indios americanos y asiáticos. Así como la prevalencia de esta enfermedad es baja en suecos, ingleses, rusos y españoles.

Los síntomas que presenta esta intolerancia suelen ser cólicos abdominales, distensión abdominal, flatulencias y diarreas. Suelen manifestarse entre los 30 minutos y las 2 horas después de haber ingerido la leche o los alimentos que contengan este disacárido.

La lactosa no se hidroliza y no se absorbe, se produce un efecto osmótico en la luz intestinal que atrae el líquido hacia la misma. Se produce un descenso del PH de las heces a causa de la producción de ácido láctico y ácidos grasos de cadena corta a partir de la fermentación de la lactosa por las bacterias del colon. Las posibles complicaciones son la pérdida de peso y la desnutrición.

                                

Para obtener un diagnóstico basta con una historia de intolerancia a la leche y una prueba específica en la que se debe constatar un aumento de hidrógeno en la respiración tras la ingesta de la leche.

Los síntomas desparecen una vez que se suspende el consumo de productos lácteos. Los intolerantes pueden ingerir pequeñas cantidades de lactosa repartidas en varias tomas a lo largo del día. Se tolera mejor si se acompaña de otros alimentos. Se recomienda comprobar bien la composición de los productos y los medicamentos para evitar una ingesta elevada de lactosa.

Unos suplementos que pueden ayudar a disminuir los síntomas y que estabilizan la flora intestinal son los probióticos, que mejoran la adherencia de células a la mucosa intestinal y reducen la duración de las diarreas mediante la colonización del tracto intestinal.

Un bues sustituto dela leche es la bebida de soja por la cantidad de proteínas que contiene. Además de aportar calcio natural contiene magnesio y otros oligoelementos. Esto le aporta un valor nutritivo y ayuda al mantenimiento de los huesos.

Las bebidas de arroz o de avena, que son muy digestivas y sabrosas, son también una estupenda alternativa para reemplazar a los lácteos en aquellas personas que no pueden o no quieren tomar leche de vaca.

viernes, 8 de mayo de 2015

UN ARCO IRIS EN LA MESA

                                
Se dice que cuantos más colores pongas en tu mesa más garantizada tienes tu cobertura de nutrientes, lógicamente hablamos de alimentos naturales libres de conservantes y colorantes.
Diferentes estudios han establecido lo que se llama “código de colores para la salud”.
Dividiremos los alimentos en cinco colores que son:

1.       AZUL/PÚRPURA:
Arándanos, zarzamoras, ciruelas y uvas negras que son ricas en antocianinas.
Ciruelas, berenjenas y pasas contienen fenoles en cantidad.
Todos estos alimentos contienen antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de padecer cáncer, enfermedades del corazón y Alzheimer.

                                

2.       VERDE:
Espinacas, brócoli, guisantes, kiwis, lechuga, acelga, borraja, etc. Son excelentes fuentes de luteína que ayuda a reducir el riesgo de padecer de cataratas y la degeneración macular. Diferentes estudios han demostrado que el brócoli, la col, las coles de Bruselas y el berro son ricas fuentes de índoles que ayudan a reducir el riesgo de contraer cáncer de mama y de próstata.

3.       NARANJA:
Mangos, boniatos, melón, melocotón, zanahorias, calabaza y albaricoques son ricas en betacarotenos, que previenen enfermedades del corazón y fortalece el sistema inmunológico.
Las naranjas, mandarinas, albaricoques, peras, pimientos rojos, pomelos, clementinas, nectarinas, piña, limón, papaya, melocotón y uva blanca son ricas en bioflavonoides que trabajan con la vitamina C para reducir el riesgo de cáncer, fortalecer los huesos y dientes, cicatrizar heridas; mantener la piel sana y reducir  el riesgo de enfermedades cardíacas.

4.       BLANCO:
Las cebollas, ajos y puerros son ricos en alicina, que ayuda a controlar la presión sanguínea y el colesterol. Además de ofrecer al organismo una especial resistencia a las infecciones.


5.       ROJO:
Los tomates, cebollas rojas, judías rojas, col lombarda, cerezas, fresas, frambuesas, naranjas rojas, sandía y pomelo rojo contienen antocianinas y licopeno. Por lo que se ha descubierto es que al cocinarse aumentan los niveles de licopeno que ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer. Las antocianinas protegen contra la diabetes y otros problemas relacionados con el sistema circulatorio.


Todos estos datos son referentes a los alimentos distribuidos por grupos. Todos estos alimentos si los analizáramos por separado, descubriríamos diferentes propiedades que cada uno posee y que son muy importantes para mantener la salud de nuestro cuerpo.