Todos sabemos de sobra que llevar una dieta sana y
equilibrada es lo ideal para ayudar a mantener un peso adecuado, de esta forma
se evitan muchas patologías.
Hemos oído muchas veces (en ocasiones demasiadas) qué
alimentos son más adecuados, cuáles hay que evitar ingerir, qué cantidades,
cuáles son los menos nutritivos o los más calóricos, etc.
Pero una cosa es la teoría y otra cosa es la práctica, ya
que en demasiadas ocasiones no comemos correctamente debido a los horarios y
las prisas e incluso en ocasiones por simple dejadez. Pero hay que tener bien
claro que una alimentación inadecuada pasa factura al organismo tarde o
temprano.
La palabra obesidad deriva del latín obesus
que quiere decir “persona que tiene gordura en demasía”, y se manifiesta en un
incremento del peso mayor al 20% del idóneo según la edad, talla y sexo.
Excesiva de grasa en el cuerpo. Pero la realidad es muy
diferente ya que la obesidad es una enfermedad que implica mucho más. El
almacenamiento en exceso de la grasa implica además otros riesgos para la salud
como diabetes y enfermedades cardíacas, entre
otras. La distribución de la grasa no solo afecta al aspecto físico,
algunas personas la almacenan encima de la cintura y otras por debajo de ésta.
Toda aquella grasa acumulada por encima de la cintura, sobre la zona abdominal implica un verdadero riesgo
para la salud. Es por ello que es imprescindible conocer los factores que
favorecen este proceso con el fin de prevenirla.


Existen tres tipos de obesidad en función de la disposición
corporal de la grasa.
-
Obesidad de distribución homogénea o
mixta: en la que el exceso de grasa corporal es general y no
predomina sobre ningún área anatómica en concreto.
-
Obesidad intraabdominal o androide:
es más frecuente en hombres. En ella el tejido adiposo intraabdominal tiene más
actividad metabólica y por ello prevalecen la hipertensión arterial, gota,
diabetes mellitus tipo 2 y afecciones cardíacas.
-
Obesidad glúteo-femoral o ginoide:
es frecuente en mujeres porque la grasa se acumula en las caderas. Acarrea
trastornos de tipo circulatorio en general (varices sobre todo).
La grasa visceral es aquella que se encuentra en el interior
de la cavidad abdominal rodeando los órganos vitales de la zona del tronco. Es
importante asegurar que los niveles de grasa sean bajos y se reducirá el riesgo
de contraer determinadas dolencias.
La predisposición genética influye indudablemente, pero los
factores más decisivos son una dieta inadecuada, determinados hábitos de vida
perjudiciales y una escasez de ejercicio físico. De todos, el sedentarismo es
el peor.
Es recomendable aumentar el consumo de alimentos ricos en
fibra como verduras y frutas, pescados y carnes blancas. Beber al menos dos
litros de agua diarios para purificar el organismo. Es más que aconsejable,
realizar una depuración del organismo para eliminar toxinas acumuladas.