Hay quien considera el shiatsu como un tratamiento más bien "misterioso", casi mágico y desprovisto de fundamentos científicos. En cambio, quien profundiza en este sistema y otros tantos de origen oriental como la acupuntura, no tarda en darse cuenta de que el shiatsu se cimenta sobre una base de conocimientos acumulados durante siglos. Estos conocimientos no siempre coinciden con la cultura occidental, pero son fruto de una manera de interpretar la realidad y de actuar en consecuencia, que pueden ser utilizados por todo el mundo con óptimos resultados.
El shiatsu, que se rige por la medicina tradicional china, posee la visión de los fenómenos naturales y la capacidad de enfrentarse a la enfermedad. Una enfermedad es considerada un desequilibrio que afecta al individuo, y por tanto, a su estilo de vida.
En la filosofía oriental, el individuo es considerado como un microcosmos, una concentración de nergía (Qi) que se manifiesta como la alternancia de dos movimientos opuestos y a su vez complementarios: YIN y YANG. La presencia de uno de ellos no es posible sin la de su contrario y en cada uno se da el reflejo del otro: alegría y dolor, sufrimiento y placer, acción y reposo, odio y amor...
YIN, simbolizado por el agua, es estado de reposo, de potencialidad energética, capaz de adaptarse a cualquier forma.
YANG, simbolizado por el fuego, es actividad y acción, es inestabilidad y proyectado hacia lo alto.


La energía o Qi del cuerpo se difunde por él a través de unos canales conocidos como meridianos. De estos canales, la mitad son de energía YIN y la otra mitad de energía YANG. Esta energía recorre el cuerpo tanto a nivel interno como a nivel externo. Estos recorridos energéticos o meridianos, aunque están estrechamente relacionados con la circulación sanguínea y con el sistema nervioso, no hay que confundirlos ya que son vías independientes.

Los especialistas en las terapias del Shiatsu identifican sobre la superficie del cuerpo los puntos cutáneos, llamados "tsubos", a lo largo de los cuales transcurre el recorrido del meridiano a tratar y que estará relacionado con un órgano o víscera. La capacidad de localizar los "tsubos", de reconocer su estado y de intervenir en ellos con una simple presión manual es la base de la terapia del shiatsu.
A diferencia de otros tipos de masaje, el shiatsu hace uso de movimientos fluídos, frotaciones y manipulaciones. Se utiliza tanto la presión con la palma de la mano, como la de los dedos, sobre todo los pulgares.
Únicamente en ciertos casos se utilizan codos, rodillas y pies. La presión no solo permite modificar el estado del paciente, sino también averiguar la presencia o ausencia de energía en un punto determinado del cuerpo. Diagnosis y terapia pueden incluso coincidir si quién practica el shiatsu ha desarrollado a través de la experiencia, la capacidad de identificar estados de equilibrio o desequilibrio de la energía (Qi).
Para reestructurar el campo energético se pueden utilizar técnicas tonificantes, que estimulan y técnicas sedantes, que calman. Con la sola finalidad de conseguir el equilibrio energético y provocar una sensación agradable y de bienestar.