POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

viernes, 20 de septiembre de 2013

EL MASAJE DEPORTIVO

   A medida que las marcas deportivas siguen superándose, la intensidad de los métodos de entrenamiento aumenta de modo paralelo. Hoy en día un deportista aficionado puede entrenar con la misma intensidad que lo hacían los profesionales destacados hace un par de décadas. Pero el entrenamiento a tan alto nivel tiene un precio.

                                                  


   El cuerpo necesita descansar para recuperarse de la fatiga, que es la consecuencia del duro entrenamiento, y necesita ayuda para desarrollar la elasticidad necesaria para alcanzar posteriormente un rendimiento adecuado. A medida que aumenta progresivamente el entrenamiento, se alcanza un punto donde el cuerpo no puede ya recuperarse totalmente entre sesiones, y la curva del rendimiento es lineal, y eventualmente declina.

   Los síntomas de una recuperación incompleta son las agujetas, dolores articulares, inflamación de los tendones, etc. Incluso puede darse casos de desasosiego y dificultad para conciliar el sueño, causando a su vez estrés psicológico. Es en estos casos cuando el cuerpo es más vulnerable a las lesiones.

   Mientras se sigue un programa de entrenamiento aparentemente normal se puede sufrir una deficiencia aguda como una distensión muscular grave, dislocaciones en las articulaciones y fracturas por un esfuerzo violento. Estas manifestaciones raramente sobrevienen por causa de accidentes y pueden ser evitadas con un enfoque más racional de las actividades de recuperación.
Debe programarse suficiente tiempo de descanso para permitir que los sistemas corporales se recuperen totalmente entre sesión y sesión.

                                            



   La importancia de la recuperación y el streching se comprende perfectamente y debería constituir una parte integral del programa de entrenamiento. En ocasiones, pese a realizar ejercicios de un modo apropiado, es posible que se produzca una tensión muscular local que impida una recuperación completa.

   El masaje puede ser utilizado para la relajación general del sistema musculoesquelético así como también ser orientado a áreas de problemas locales, mejorando de esta manera la recuperación y asegurando que ésta se consiga en la medida necesaria.
El deportista debería estar informado de los usos y ventajas del masaje para obtener el máximo provecho del mismo.

   Todas las actividades deportivas implican una acción muscular como fuerza motor primaria, y muchas lesiones deportivas son precisamente lesiones musculares u originadas por dolencia muscular.

                                           

   El masaje es la mejor forma para tratar la tensión muscular y presenta la singular ventaja sobre la mayoría de las terapias en que puede ser usada sobre una base regular para ayudar a prevenir lesiones por agotamiento psíquico, así como también ser usado como enfoque basado en una sintomatología para el tratamiento de lesiones específicas.

   Un buen masaje puede eliminar a generación de agujetas y dolores de orden general que algunos deportistas parecen aceptar como atributo normal a su gradual de la mejora física, o a veces tratan de suprimir mediante medicamentos.

   Estas agujetas y dolores pueden conducir a problemas más serios, por lo que el masaje aporta la ventaja de que previene estas lesiones. En el caso de lesiones específicas, el masaje puede explorar más íntimamente los tejidos blandos que pueden ser diagnosticados y tratados con mayor celeridad.

  

 

 

 
Con el masaje el terapeuta advierte los cambios que se producen en el cuerpo del deportista gracias a la sensibilidad de las manos y de este modo se puede adoptar un tratamiento según las percepciones recibidas. Por esta razón, cada tratamiento puede , y debe, ser exclusivo para cada persona y por lo tanto el más adecuado a las necesidades momentáneas del deportista.

lunes, 2 de septiembre de 2013

DEPORTISTAS BIEN ALIMENTADOS.

   Una buena nutrición no sustituye un entrenamiento incorrecto o escaso, o una forma física inadecuada. Sin embargo, sí puede ocurrir lo contrario. Una dieta inapropiada puede perjudicar el rendimiento del deportista bien preparado y limitar sus posibilidades competitivas.

   Un estado nutricional adecuado no se consigue de la noche a la mañana. Es el resultado de adquirir unos hábitos correctos para el organismo tanto en la dieta como en el resto del día a día.
Conlleva esfuerzo, renuncias y mucho tiempo. Una buena alimentación y una práctica regular de ejercicio físico son básicas para mantener y mejorar la salud física y psíquica. Esa exigencia es mayor en el caso de los deportistas de alta competición y también, aunque en menor medida, en el de quienes compiten habitualmente.

   La ingesta energética diaria debe cubrir el gasto del deportista con el fin de que mantenga el peso corporal adecuado, que rinda de forma óptima para que maximice los efectos del entrenamiento.
   Lógicamente la dieta no es siempre la misma. Ésta depende de la disciplina y de las necesidades físicas. Cuanto mayores sean estas necesidades, más "combustible" necesita el organismo para funcionar correctamente, aunque también hay que tener en cuenta otros factores como la intensidad, el tipo de deporte, la duración, el sexo o la edad entre otros.

   A cada deportista se le debe ajustar individualmente su aporte de energía. Los especialistas apuntan que los profesionales que entrenan diariamente entre una hora y una hora y media deben tomar entre 45 y 50 kilocalorías por kilo de peso corporal.

   La alimentación del deportista es similar a la que los especialistas establecen para todo el mundo, aunque con ligeros retoques. Naturalmente la dieta cambia en vísperas o después de una competición.

 
ANTES DE LA COMPETICIÓN
Una semana antes de la competición hay que almacenar hidratos de carbono (en forma de glucógeno) en el músculo y el hígado para tener una reserva energética máxima. La dieta se debe componer de un alto contenido de hidratos de carbono, entre el 65 y el 75%, adaptado a cada tipo de competición, y el resto dividirlo entre las grasas y las proteínas. Deben mantenerse siempre los hidratos de carbono.

DIETA PARA EL DÍA DE LA COMPETICIÓN
Una comida rica en hidratos de carbono entre tres y cuatro horas antes de que tenga lugar el evento ya que con ella se completará el almacenamiento de las reservas de glucógeno necesarias para el cuerpo y se evitará el riesgo de una hipoglucemia.

DIETA DURANTE LA COMPETICIÓN
Si la competición dura más de una hora, se aconseja ingerir entre 40 y 60 gramos por hora de hidratos de carbono. Simultáneamente, se deben tomar bebidas específicas para reponer la pérdida de electrolitos y de líquidos que se produce por el sudor con el fin de que el deportista no sufra una deshidratación. Ciertos deportes como el atletismo o el ciclismo permiten tomar hidratos en forma de energéticos como los plátanos por ejemplo.

DIETA PARA DESPUÉS DE LA COMPETICIÓN
Es muy importante al terminar, realizar una buena recuperación nutricional. Se recomienda consumir hidratos de carbono de asimilación rápida y bebidas isotónicas.
El ejercicio físico exigente genera un exceso de radicales libres que puede provocar un daño celular y muscular.

   Una situación de oxidación continua puede llegar a afectar el sistema inmunológico, generar fatiga crónica y retrasar la recuperación, así como acentuar la sobrecarga muscular. los antioxidantes son necesarios para limitar sus efectos. Se pueden tomar a través de las comidas o de suplementos alimenticios naturales. Alimentos ricos en estas sustancias como las coles, verduras de hoja verde, tomates, frutas rojas y moradas, cítricos, kiwi, mango, frutos secos, zanahorias, huevos o legumbres.