
Por lo general, se asocia la celulitis a un problema estético. Conocido también como piel de naranja, afecta principalmente a la población femenina.
La
calidad, cantidad y localización de la celulitis puede variar según la
genética, los hábitos tóxicos o la edad.
Además
de lo estético, la celulitis nos indica la existencia de un cuadro patológico
referente a la piel y los tejidos adiposos que se ven afectados. También se le
conoce como paniculopatía edemato-fibroesclerótica o lipodistrofia. Se trata de
una afección microvascular conectiva que presenta alteraciones en la
microcirculación arteriovenosa local, con la consecuencia de una respuesta
anómala del tejido conectivo y el tejido adiposo.



Entonces
la celulitis no sólo es un trastorno estético, sino también funcional. En él se
instauran diversas condiciones fisiopatológicas, son procesos
degenerativo-inflamatorios, que afectan a la microcirculación, al sistema
linfático y a la matriz extracelular.
Las
zonas del cuerpo más afectadas suelen ser las piernas, caderas, glúteos y
brazos. Al producirse estos cambios endocrino-metabólicos que implican a la
microcirculación, se modifican también el sistema linfático y el flujo
hemático.
Todo
esto produce edema, fibrosis conectiva e incluso esclerosis tisular. Así ocurre
que la hipertrofia de los adipocitos lleva a provocar un espesor del tejido
adiposo. Los vasos sanguíneos y los linfáticos se comprimen, las toxinas se
acumulan en los tejidos y es por ello por lo que aparece una alteración en la
piel de aspecto irregular conocido como “piel de naranja”.
Si
padeces de este trastorno, es importante consultar con el naturópata cuál es el
mejor tratamiento que favorezca la desaparición de estos síntomas, pero
indudablemente la elección de una alimentación sana, variada y equilibrada; un
buen estilo de vida y la realización de ejercicio frecuente son condiciones
determinantes para el éxito del tratamiento.
Un
buen tratamiento deberá de actuar en profundidad y en distintos niveles
estructurales para poder restablecer la homeostasis de las células, matriz y
tejidos, estimulando el natural proceso de regeneración de los tejidos.
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