Las hierbas lecheras son conocidas como Euphorbiáceas que
comúnmente son consideradas como peligrosas y venenosas. No obstante si se
utilizan correctamente pueden ser usadas por sus propiedades terapéuticas.
Existen tradiciones populares repletas de remedios
confeccionados con estas plantas, algunos se han recuperado por la moderna
farmacopea, otros se encuentran en vías de ser olvidados.
Son unas 50 especies de Euphorbias las que crecen a lo largo
de la península ibérica. Todas ellas reciben el nombre de Lectetreznas o
hierbas lecheras. Se conocen por este nombre porque su sabia es un látex
blanquecino y viscoso que al secarse deja un residuo en forma de resina.
Estas plantas contienen ácidos orgánicos, resinas,
alcaloides, glucósidos y principios amargos.
Algunas especies como el tártago han sido investigadas para
la extracción de petróleo debido a su alto contenido en terpenos y por su
abundancia.


El uso más común de esta planta dentro de nuestro territorio
es el de utilizarla para combatir las temidas verrugas. Su uso se remonta hasta
tiempos inmemoriales y su trasmisión de generación en generación es la de que
hay que tener especial cuidado en recoger el látex porque es extremadamente
irritante sobre todo en las mucosas (ojos y boca).
Otro remedio antiquísimo es el utilizado como purgante. Se
extremaba su uso ya que sólo se podía utilizar en personas con el
“estómago recio”. Se colocaba una sola
gota de Euphorbia dentro de un higo o amasada con un poco de harina pero nunca
jamás sola.
Existen regiones en que es costumbre cocer sus semillas y
emplearlas en infusión como purgante. El látex de la Euphorbia posee la
propiedad de cuajar la leche, por lo tanto, otra de sus utilidades ha sido para
la fabricación de queso.
Otro uso muy común de estas plantas es el dermatológico. Se
dice que antiguamente la empleaban los cazadores aplicándoselas a los perros en
las heridas. También se le conoce otra aplicación que es la dental, se
introducía una gota en la caries de una muela infectada para paliar el dolor.


En herpes y quistes de las caballerías era muy común su
tratamiento no hace mucho tiempo atrás.
Pero también existen muchos bulos y leyendas respecto a
estas plantas. El más extendido es el usado como estimulante viril. Se decía
que su látex estimulaba el miembro viril masculino poniendo una gota sobre el
glande. Y efectivamente lo estimula, pero produciendo un priapismo
tremendamente doloroso por la irritación. También se decía que una gotita sobre
los pezones del pecho de la mujer hacía que estos crecieran y se endurecieran,
y aunque eso es real, es a costa de una enorme irritación, picor y dolor que no
suele calmarse fácilmente.
Parece ser que el látex de esta planta es bastante efectivo
en casos de papiloma y de pie de atleta, pero desgraciadamente todavía no hay
nadie que haya hecho una investigación profunda al respecto.