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Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

lunes, 29 de agosto de 2016

LIMPIEZA HEPÁTICA Y DE VESÍCULA



En la actualidad se diagnostica, con demasiada frecuencia problemas de Hígado o de Vesícula y poca gente sabe cómo realizar una limpieza para recuperar esos órganos.


Cuando una persona está afectada del Hígado, es porque lo tiene lleno de sedimentos internos que dificulta el trabajo del Hígado mientras se echa la culpa al Estómago, Intestino Delgado e Intestino Grueso, Corazón, piel, alergias y otros órganos o enfermedades. 

Sin embargo, la raíz de casi todas las patologías están siempre en el Hígado o en la Vesícula Biliar, éstos son los grandes olvidados de la medicina ya que puede estar trabajando en insuficiencia sin que se manifiesten síntomas en los análisis.

                   
En comparación con el Hígado, la Vesícula afecta a menos personas, pero aun así, muchas pasan a diario por los quirófanos para extirpar las piedras.
Y yo pienso; si tienen tantas piedras en la Vesícula cómo tendrán el Hígado ¡Totalmente congestionado! Pues los que sufren de piedras en la Vesícula también tienen en el Hígado.

Es por culpa de estos depósitos intrahepáticos, que el Hígado no puede fabricar suficiente bilis para una buena digestión, y su trabajo será insuficiente después de la secreción de la Vesícula Biliar.


El fin de la Vesícula Biliar es concentrar y expulsar la bilis cuando la comida llega al Intestino Delgado. Gracias  a ella, no sólo se digieren las grasas, sino que también se eliminan los tóxicos que depura el Hígado se hace la digestión de proteínas e hidratos de carbono, se depuran y limpian los intestinos de flora patógena y, dado que la bilis es muy alcalina, se neutraliza el ácido clorhídrico proveniente del Estómago, entre otros cientos de funciones, todas muy relevantes para la salud. 

                             

Pero…, operar la Vesícula no resuelve el problema, sino que tan solo lo cronifica y muchas veces lo empeora. Porque al no tener suficiente bilis acumulada (por falta de la Vesícula Biliar) los pacientes operados tendrán que conformarse con el gota a gota que fabrica el Hígado, lo cual es 10 veces menos concentrada que la que se acumula en la Vesícula. Así quedarán mutilados y con la digestión deteriorada para siempre provocando hinchazón abdominal, diarrea u osteoporosis.

La solución natural es limpiarla, así la conservaremos ya que la Vesícula es un órgano fundamental para la digestión y la digestión es el motor de la salud.

Es cierto que la mayoría de las personas, debido al tren de vida actual, tenemos el Hígado afectado por un exceso de sedimentos o depósitos que pasan desapercibidos para la medicina oficial, y en ocasiones, también para la medicina alternativa. ¿Por qué? Pues porque las piedras son coágulos de bilis seca y no se detectan fácilmente en las ecografías dado que la mayoría están formadas por colesterol seco. Y no se detectan porque tienen la misma densidad que los tejidos del Hígado, puesto que están formados hasta en un 96% de colesterol.

Por ello es conveniente para la salud y buen funcionamiento del Hígado y la Vesícula Biliar realizar una limpieza hepática cada cierto tiempo. Probar esta sencilla cura de forma natural permite probar de primera mano su eficacia. Pero es un proceso al que conviene estar preparados y bien informados, pues hay que seguir fielmente el protocolo, sino puede haber imprevistos y riesgos innecesarios.
                         
No debe tomarse a la ligera, especialmente si se padece de piedras en la Vesícula. Tampoco deben practicarla los que padezcan de piedras en el Riñón o problemas renales, además de problemas circulatorios. Antes deberían realizar otro protocolo para su caso.

No se puede pretender que con una sola limpieza hepática se curan años de despropósitos contra la salud. La naturaleza es sabia y trabaja despacio, hay que dejarla actuar. Una vez realizadas varias limpiezas en las piedras eliminadas se verá claramente la mejoría.

Para cualquier duda que se tenga respecto a este tema es mejor no practicar la limpieza y consultar siempre antes con su  naturópata de confianza. No es nada recomendable realizar una limpieza hepática sin supervisión. Su naturópata le realizará un seguimiento y le aconsejará sobre cómo afrontar el proceso de forma adecuada.  

 Debemos valorar las cosas sencillas que nos da la naturaleza, pues generalmente valoramos más las cosas complicadas, caras y artificiales.


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