POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

lunes, 23 de octubre de 2017

TRASTORNOS DEL CICLO MENSTRUAL

                                       

Cuando se habla de ciclo menstrual es mejor no generalizar pues no existen dos mujeres con el mismo ciclo, y ni siquiera una mujer siempre tiene el ciclo igual. Es un hecho fluctuante que siempre es diferente dependiendo de la época del año, las emociones, el trabajo, el estrés, las vacaciones, etc.

La vida una mujer puede ser mejor o peor dependiendo de su ciclo menstrual, pues pueden aparecer diferentes síntomas (tensión mamaria, hinchazón, retención de líquidos, insomnio, somnolencia, cansancio, anemia ferropénica, depresión, cambios de humor…) que se conocen como síndrome premenstrual. El ocasiones este síndrome dura mientras dure el periodo y en ocasiones incluso unos días después de la retirada del sangrado.

                                      

El ciclo menstrual requiere de la coordinación de los diferentes procesos del cuerpo. Los principales componentes de este sistema de control son el hipotálamo, la hipófisis, los ovarios y el útero. La hipófisis responde a los impulsos que emite el hipotálamo (liberación de gonadotropinas o GnRH) como por ejemplo la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), que estimulan  la foliculogénesis y la secreción hormonal ovárica.

Las actividades de hipotálamo y de hipófisis están rigurosamente controladas por toda esta cascada hormonal que se produce en los ovarios, mientras que la liberación de las gonadotropinas o GnRH está modulada desde centros neuronales.

Cuando una mujer presenta disfunción en su ciclo menstrual puede ser que esté relacionado con problemas y anomalías en la función de todo este proceso tan complicado.




Determinar las causas por las que existe un desfase en el ciclo menstrual es vital para retomar su normal funcionamiento. Los problemas más comunes asociados a una disfunción menstrual suelen ser tanto circunstancias físicas como ambientales. Por ejemplo la toma de medicamentos, anticonceptivos orales o vaginales, infecciones, virus, problemas genéticos, intolerancias alimentarias, alergias, estrés, ansiedad, problemas psicológicos, etc.


viernes, 6 de octubre de 2017

RELACIÓN DIGESTIÓN – EMOCIONES






El sistema digestivo se compone de un aparato largo que va desde la boca al ano. Boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, son las partes principales que lo componen. Pero además están las glándulas salivales, el hígado y el páncreas que se dedican a transformar los alimentos durante el proceso de digestión.  Por lo tanto, el aparato digestivo es aquel que recibe y acepta algo ajeno a nuestro cuerpo para poder pasar a formar parte de él.
Todo ello se realiza en el plano nutricional y aunque parezca de locos, en el plano emocional también.
En el proceso de digestión reconocemos, aceptamos, renegamos, rechazos… la nutrición. Y no sólo la de la comida, también las emociones y las sensaciones.
Según el psicoanalista Joyce Mc Dougall “El cuerpo es un teatro en el que se desenlazan las tramas de la vida psíquica”. El cuerpo tiene que aceptar y regular estrés, desconciertos, ansiedad, tensión, prisas, críticas, etc.  que sufre nuestro aparato digestivo.

                                   

Cualquier situación que implique un compromiso emocional no sólo provoca variaciones en la frecuencia cardíaca y en la respiratoria, sino que también afecta a estómago y en general a todo el sistema digestivo.
Sufrir estrés mental se traduce en la producción de determinadas hormonas y de neurotransmisores que actúan sobre centros nerviosos de la mucosa gástrica y entérica. Una fuerte emoción actuando a nivel de la neurotransmisión intestinal y de la vejiga, puede provocar la eliminación instantánea de orina o heces.
La digestión implica una sucesión cronológica y armoniosa de las secreciones gástricas, duodenales, biliares y pancreáticas. Si la alimentación es algo fundamental para el mantenimiento de un buen estado de salud (somos lo que comemos), la digestión es igual de importante ya que también somos lo que conseguimos asimilar.
Con esto quiero decir que es indispensable una digestión adecuada, pues diferentes problemas gástricos o de asimilación pueden aparecer como consecuencia de procesos digestivos incompletos que conllevan a la aparición de trastornos como el síndrome de colon irritable, úlceras, reflujos, ardores, pólipos intestinales, etc.
Reguladas por el sistema neurovegetativo, las funciones digestivas sufren profundos efectos negativos como consecuencia del estrés, además de por una alimentación desequilibrada y combinada con estilos de vida inadecuados.
Las reacciones psicosomáticas del aparato digestivo se vuelven expresión de un estado de sufrimiento emocional donde el organismo ya no consigue adaptarse a nuevas situaciones sin efectos negativos. Añadiendo que esta situación afecta de forma directa sobre la eficiencia mental, las funciones cognitivas y otros aparatos y sistemas de nuestro cuerpo como la piel, el aparato cardiocirculatorio y el sistema inmunitario.
Disbiosis intestinal, alteraciones de la función gástrica, meteorismo, estreñimiento, colitis, inflamaciones, lesiones de la mucosa intestinal,  flatulencia, pesadez gástrica, reflujos,  acidez de estómago,  gastritis, úlceras… son manifestaciones de un desorden en las fases del proceso digestivo. Esto puede provocar alteraciones de uno o varios tipos en uno o varios distritos del aparato digestivo.

                                          

Para poder mejorar todos estos efectos es preciso pararse a escuchar al propio organismo, a nosotros mismos, aprender a escuchar y percibir los mensajes que manda y poder distinguir esas señales más o menos graves.  Los trastornos del tramo gastrointestinal, nos hablan de una dificultad en nuestra elaboración del mundo, tanto interior como exterior, dificultad para poder digerir o asimilar los acontecimientos de nuestra vida. Toda esta sintomatología, que puede ser de carácter clínico o crónico, es muy importante tratarla con terapias que sean a la vez eficaces y delicadas.