En condiciones normales, el organismo
humano produce diariamente alrededor de medio litro de gases intestinales. Este
proceso natural es parte de nuestra fisiología. Un 70% es aire introducido por
la ingestión de los alimentos, el restante 30% deriva de las reacciones
químicas relacionadas con los procesos digestivos y fermentativos por obra de
la flora bacteriana intestinal. Entre los gases mayormente presentes están:
oxígeno, nitrógeno, anhídrido carbónico, hidrógeno, metano, compuestos
sulfurados y subproductos bacterianos (indol, escatol, sulfuro de hidrógeno,
amoníaco) estos últimos son responsables del mal olor.
El contenido gaseoso intestinal puede
variar entre individuos y en un mismo sujeto puede experimentar fluctuaciones.
Cuando la producción de gases intestinales sufre alteraciones pueden aparecer
espasmos, distensión y dolores abdominales, conjuntamente con una sensación de
plenitud abdominal, inflamación y
borborigmos intestinales.
Nuestro intestino cumple una doble
función que es fundamental: la de absorber los nutrientes provenientes de los
alimentos y la de hacer barrera con permeabilidad selectiva. Cuando esta
actividad de selección falla, se instaura un estado inflamatorio y se produce
una alteración fisiológica.


Parece ser que el síndrome del Intestino
Permeable está en el origen de patologías como el síndrome de Crohn,
enfermedades inflamatorias intestinales, celiaquía, infección por cándida,
problemas digestivos, fatiga crónica, asma, artritis, enfermedades
autoinmunes, diferentes intolerancias y
alergias.
Las influencias ambientales como factores
de estrés y sedentarismo, pueden desencadenar y empeorar los fenómenos del
meteorismo, así como algunos alimentos (hortalizas de la familia de las brasicáceas,
leche y lácteos frescos, alimentos grasos, bebidas gasificadas) aunque de
manera subjetiva, pueden favorecer la producción de gases intestinales.
Las plantas carminativas, notoriamente
benéficas frente a trastornos gastrointestinales, además de facilitar en su
conjunto los procesos digestivos, favorecen el reequilibrio y la expulsión de
los gases intestinales en exceso.
Las plantas carminativas deben su acción
a los aceites esenciales que contienen. La actividad antiséptica de estos
aceites contrarresta los agentes que causan putrefacción y fermentación
intestinal; las plantas carminativas actúan directamente sobre la pared
intestinal mejorando el tono de la musculatura lisa, favoreciendo la
eliminación de gases y la reducción de las manifestaciones espásticas.
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