POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

jueves, 10 de mayo de 2018

GASTRITIS. UN FUEGO QUE ARDE

                              

El ardor típico de la gastritis, causado por un aumento del PH del estómago, es la señal de que se pone en marcha un mecanismo de autoagresión.
A través de los síntomas característicos de la gastritis el cuerpo comunica su propia incomodidad al tragar, incluso aquello que no se consigue aceptar a nivel emocional. El estómago reacciona frente a un hecho incómodo autodevorándose.
La gastritis es la manifestación de un sufrimiento generado por la cólera, por un sentido de rebelión que es reprimido. Esta incomodidad emocional se expresa en  nuestro interior en forma de “Fuego que arde”.
Expresiones tan comunes como; “Tener que tragar, Tener a alguien atragantado o sufrir un mal trago” indican una dificultad de aceptación que se refleja en el cuerpo físico; por esto es tan importante aprender a “Digerir” diferentes aspectos de nuestra propia vida.


Cuando se ingiere un alimento, se produce un aumento en la secreción gástrica del ácido clorhídrico. Existen tres fases que caracterizan la secreción ácida del estómago.
-          CEFÁLICA: inducida por la masticación, deglución, olor y sabor de los alimentos. En esta fase los impulsos vagales excitan a las neuronas secretomotoras de las células parietales y células G, secretando gastrina y ECS enterocromofinas.

-          GÁSTRICA: se produce la distensión gástrica, aparecen aminoácidos y péptidos en el lumbre del estómago. En esta fase se producen reflejos locales y vasovagales, se estimulan las células parietales liberando histamina y gastrina. Aminoácidos y péptidos liberan gastrina de las células G.

-          INTESTINAL: inducida por mecanismos que inician desde el duodeno y de la porción proximal del ayuno; es la fase determinada por los productos de la digestión protéica a nivel duodenal que inducen la liberación de gastrina desde las células G intestinales y d eenteroxintina por la distensión del duodeno, produciendo reflejos entéricos y vasovagales que estimulan las células parietales G y ECS. Por la presencia de péptidos y aminoácidos en la sangre que provocan la liberación de gastrina desde las células G gástricas.

Contrariamente  a lo que se suele pensar, respecto a los individuos sanos, los pacientes afectados por úlcera gástrica secretan menos (HCl) ácido clorhídrico. En estos sujetos, suele observarse una reducida velocidad de secreción del HCl, tratándose a menudo de una insuficiencia en la barrera de la mucosa gástrica que reduciendo el PH de la superficie mucosa provoca las úlceras gástricas. Así mismo la disminución del PH de la superficie mucosa, determina también una reducción de la secreción del HCl.



No hay comentarios:

Publicar un comentario