Existen numerosos estudios científicos que han demostrado
que el tipo de colores que nos rodean influyen en gran medida en nuestra
calidad de vida. Esta evidencia ha dado lugar a la ciencia conocida como
“cromoterapia”.


Esta disciplina investiga la influencia de determinados
colores en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud, y viceversa, lo que dice
acerca de cada individuo y de su estado físico y mental según la elección de
los colores de cada momento. Por lo tanto, se puede deducir, que a partir de
estas teorías si se realiza una correcta elección de los colores podemos
ayudar a equilibrar un estado de ánimo y
conseguir recuperar la armonía perdida.
Los orígenes de la cromoterapia se remontan al s. XIX. El
científico Edwin Babbitt dio a conocer por aquella ápoca la teoría que
relacionaba ciertos colores específicos con una lista de enfermedades o
afecciones.
Unos años más tarde, el test de Lüscher demostraba que los
colores estimulan diferentes regiones del sistema nervioso. Y por último, y no
menos importante, los trabajos de los premios Nobel Niels R. Finsen y Albert
Szent-Coyörgyi han indicado el camino a muchos especialistas que estaban
convencidos de esta relación entre colores y afecciones, para poder efectuar un
diagnóstico preciso sobre el individuo, destacando particularidades sobre su
carácter, estado de ánimo, deseos, habilidades y de su estado de salud.
En psicología experimental se han realizado diferentes
valoraciones y observaciones sobre el significado de los colores.
A continuación muestro las características principales de algunos colores.
A continuación muestro las características principales de algunos colores.
AMARILLO: Principalmente está asociado a la ira, pero se le
asocian otras emociones como la falsedad, el atrevimiento o la antipatía. Se ha
comprobado que utilizando el color amarillo en cromoterapia se consigue
estimular la capacidad intelectual, elevar el estado de ánimo y proporcionar
alegría y optimismo. Es muy recomendado en personas que presentan una especial
tendencia a la melancolía y la tristeza.
NARANJA: Este color se asocia a la vitalidad, el entusiasmo
y la alegría. Cuando se presenta unido al negro, representa los deseos
reprimidos y la intolerancia. Utilizando este color en terapia ayuda a
intensificar la capacidad intelectual y ayuda a reducir la angustia.
VERDE: Este color se asocia con personas sociables e
intelectuales. Es símbolo de relajación. Sus efectos ayudan a equilibrar
emociones y el sistema nervioso autónomo. Disminuye la presión sanguínea y
estimula la glándula pituitaria. Este color es el que menos fatiga la vista. Al
estar compuesto por dos colores, amarillo (emoción) y azul (juicio) es un tono
de gran equilibrio.
ROSA: Por excelencia el color de la ternura. Cálido y de
autoayuda. Con sus efectos ayuda a despejar la mente de pensamientos negativos,
proporciona energía y suaviza el carácter. Potencia la dulzura, la constancia y
la delicadeza.
BLANCO: Color asociado al prestigio, la economía, la
distinción, el silencio, la ligereza, la tranquilidad y la limpieza. Es la suma
de todos los colores. Su efecto otorga dominio del espíritu sobre la materia y
permite la evolución espiritual.
GRIS: El color de los opuestos. Representa la fusión del yin
y el yang, entre las alegrías y las penas, entre el bien y el mal. Este color
sugiere neutralidad y tristeza.
NEGRO: Símbolo del mal y lo erróneo. Es la ausencia total de
luz y color. Provoca cansancio y exige un mayor desgaste de energía gel
organismo.


La cromoterapia afirma que cada persona matiza su propio
universo por los colores predominantes de su carácter o de sus reacciones
emocionales habituales. Según esta terapia, cada persona tiene su propio color,
que va acorde con su personalidad, aunque este no es inmutable. Cada uno de
nosotros cambiamos de color según las situaciones y el estado de ánimo.
Así que…¿Cuál es tu color?
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