Cuando una persona se decide a ponerse a dieta, lo primero
que suele buscar es un remedio que le haga perder esos kilos de más en poco
tiempo y sin apenas esfuerzo. Y por qué no decirlo, todos hemos soñado alguna
vez con poder tener el cuerpo deseado
con sólo un chasquido de los dedos.
Pero la verdad es que hacer dieta requiere un esfuerzo
(sobre todo a nivel mental) y sacrificio.
El primer paso a seguir es establecer una fecha de inicio y
adquirir el compromiso de seguir con unas nuevas pautas alimentarias el tiempo
que sea necesario, todo esto con el convencimiento de que estos nuevos hábitos
son beneficiosos para la salud y por supuesto hay que vivir el proceso con
actitud positiva pensando en un final deseado. Es imprescindible estar animado
y prolongar esta motivación en el tiempo, incluso cuando haya terminado el
proceso de la dieta.


También es importante estar convencidos de todos los
beneficios que se van a obtener con el cambio y estar seguros de que éstos
compensarán el esfuerzo y sacrificio requerido. Ya que el proceso no es fácil
ni tampoco es igual para todo el mundo. Éste varía en función del estado
psicológico, así como de la implicación y de la motivación, ya que exige un
cambio de hábitos y de estilo de vida. Hay que aprender a elegir alimentos con
menos calorías, cocinar con poca grasa, descansar adecuadamente e incrementar
el ejercicio físico.
Durante el tiempo que dure la dieta creo que es importante
aprender también a querer nuestro cuerpo, mimarlo con cuidados y aprender a
escucharlo. Nuestro cuerpo es más sabio que nosotros mismos y él nos dirá qué
alimentos sientan mejor, cuales debemos tomar en menos o en más cantidad, etc.
El aspecto psicológico y emocional no solo está íntimamente
relacionado con el resultado, sino que incide en el mismo de una forma
considerable. El estrés y la ansiedad no ayudan absolutamente en nada.


En muchas ocasiones personas que se someten a una dieta y la
han llevado de forma ordenada, recuperan los kilos perdidos en pocos meses y en
ocasiones incluso algún kilillo más. Así que el éxito de una dieta no radica
únicamente en poner una fecha de inicio y una fecha de término, en estar
motivado, tener voluntad, etc. En buena medida está relacionado con el estado
emocional de cada uno.
Esa frase típica de que cualquier momento es bueno para
empezar una dieta es totalmente inapropiada bajo mi punto de vista. Creo
firmemente que no es nada aconsejable comenzar una dieta con un estado de ánimo
triste, apático y con baja autoestima. Esto hará que la persona se salte la
dieta deliberadamente y posteriormente sufrirá un gran sentimiento de culpa que
le inducirá a un estado depresivo.


En ocasiones, cuando una persona sigue una dieta, tiene de
repente un episodio de ansiedad por algún alimento en concreto. Normalmente
dulce (chocolate, bollos o pasteles) o salado (patatas, snacks o queso).
La única manera de controlar esa necesidad impulsiva es la
de asegurarse de que la dieta es sana y equilibrada, que se está siguiendo bien
sin saltarse ninguna toma. Realizando cinco comidas al día para evitar
episodios de hipoglucemia y sobre t
odo (especialmente) hay que mantener una
actitud positiva, optimista y estar bien a nivel emocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario