POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

lunes, 15 de junio de 2015

TU PIEL



La piel, que recubre todo nuestro cuerpo, requiere de una serie de atenciones y no sólo por razones estéticas.

La piel y sus estructuras asociadas (pelo, cabello, uñas, glándulas sudoríparas y sebáceas), tienen sus funciones fisiológicas que son de primera magnitud ya que constituyen la cubierta que envuelve y protege el cuerpo del exterior.
La piel ayuda a mantener la temperatura corporal, a eliminar sustancias de deshecho y a sintetizar la vitamina D.

Se encarga de recibir el primer impacto sobre estímulos exteriores como el calor, frío, presión, dolor… por lo tanto, cualquier desequilibrio que se produzca en el organismo se manifestará también en la piel.



Así que conocer sus necesidades y cuidarla es de vital importancia.
Existen ciertos hábitos que son poco saludables para la piel, como tomar el sol sin protección y en exceso, permanecer mucho tiempo en locales con el aire acondicionado o el consumo de tabaco.

Las vitaminas y minerales como las vitaminas A, C, E, B y D, carotenos y hierro, Zinc, Silicio, magnesio, Manganeso y Selenio; son esenciales para un buen funcionamiento, mantenimiento y conservación de la piel.

Los aminoácidos son fundamentales para la renovación de la piel (zanahoria, avena, uva, soja y sandía) y la ayudan a mantenerla flexible y saludable.



Para combatir el envejecimiento prematuro utilizaremos principios activos por sus excelentes propiedades antioxidantes. Resveratrol, taninos, fenoles simples, antocianinoxidos, etc.

Y por último y no menos importante utilizaremos plantas con propiedades antisépticas, antiinflamatorias, astringentes, emolientes y cicatrizantes como la Bardana, Manzanilla, Hamamelis, Milenrama, Pensamiento, Aloe Vera, Rosa Mosqueta, caléndula, etc.







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