POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

lunes, 18 de enero de 2016

LA IMPORTANCIA DEL MASAJE


Al contrario de lo que mucha gente piensa, un masaje no es sólo un momento de relax. Esta terapia milenaria encierra muchos secretos y despierta a la vez un cúmulo de sensaciones y emociones que lo convierten en una actividad vital para la recuperación y mantenimiento de la salud.

El tacto y el contacto, el tocar y ser tocado, es todo un medio de comunicación clave para el desarrollo físico y emocional que desarrolla la inteligencia y despierta las emociones.

                     
El masaje permite el contacto cálido y amoroso entre dos personas, es profundamente sanador, en ocasiones, tanto para el recibe el masaje como para el que lo da.

Al recibir un masaje entramos en contacto con nuestro ser interior, se nos permite mejorar la percepción del esquema corporal y sentimos más aprecio por nosotros mismos. Esto ayuda a reconocernos como ser humano, a aceptar nuestro cuerpo y vivirlo con placer y armonía. Además de aportarnos un estado de alegría y vitalidad.
La terapia del masaje ayuda asimismo a aumentar la autoestima y aporta al individuo una mayor confianza; esto facilita el ser más creativo, expresivo, más alegre, más abierto, etc.

El masaje es un arte, una medicina preventiva y el complemento ideal para cualquier terapia.




Utilizaremos esta técnica como medicina preventiva porque potencia las capacidades curativas del individuo al mejorar la circulación sanguínea y linfática, al permitir desbloquear las contracturas y al abrir y permitir fluir las energías y los bloqueos corporales. De esta forma se impide a la enfermedad que se asiente en la persona.

Esto ocurre cuando el masajista está totalmente integrado y se deja fluir libremente; entonces el masaje, más que un trabajo se convierte en una danza, bella y armoniosa, equilibrando energéticamente al trabajar las contracturas y los bloqueos musculares.

Es por ello, por lo que al terminar la sesión se siente una profunda relajación y alivio de las tensiones y del estrés de la vida cotidiana. Las manos del terapeuta tocan, captan tensiones, se mueven con agilidad, fluidez y armonía por el cuerpo y la zona a masajear. El terapeuta respeta en todo momento los límites de la persona y va ganando su confianza, invitándole abrirse y enseñándole a dejarse abandonar para permitir poco a poco que sus tensiones vayan cediendo y la energía fluya de nuevo por su cuerpo.

           
El masaje siempre se aplicará de forma personalizada, de acuerdo a cada estructura y cada personalidad.

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