
Muchas personas
conocen muy bien el proceso de la fibromialgia y su característica principal
que es la falta de energía. La persona que sufre de fibromialgia siente una
debilidad muy profunda que va acompañada de dolores intensos, insomnio,
migrañas, debilidad, musculatura tensa y otros muchos síntomas.
Hoy vamos a hablar
de esta dolencia, pero lo haremos desde el punto de vista energético y
emocional.
Todos sabemos que
las emociones se reflejan en el cuerpo, vamos pues a ver cómo se desarrolla la
fibromialgia y los síntomas que provoca.
En la sociedad
actual las prisas, los horarios, la falta de descanso y el tener que ser
polifacéticos pasan factura al cuerpo. Nos hemos impuesto muchas tareas en la
vida, hemos hecho de todo y más, hemos buscado energía de donde no había (puede
incluso que se hayan recurrido a estimulantes u otros métodos) y ahora, esta
energía ancestral y constitucional, que se recoge principalmente en los
riñones, está totalmente agotada. Hay que volver a regenerarla, pero con
paciencia, tiempo y mucho cariño hacia uno mismo.
Sabemos muy bien
que nuestros pensamientos generan nuestras emociones, y éstas afectan de forma
directa a nuestro cuerpo físico.
Por lo que el
primer paso será observar y reflexionar sobre nuestros pensamientos.
Las personas que
sufren de fibromialgia deberían plantearse:
1. Cambiar el “hacer” por el “ser”.
2. Cambiar el “hacer” por el “dejar hacer”.
3. Aceptar esta debilidad y fomentar otros
planos como el intelectual.
4. Cambiar el “dar” por el “recibir”.
5. Cambiar la negatividad de los pensamientos,
intentando mantener siempre una actitud positiva.
Siguiendo en la
misma línea, es vital agradecer, aprender a decir “gracias”. Estar agradecidos
a la vida por todo lo que se nos da, y sentirnos privilegiados por todo lo que
tenemos.
La rigidez e
inflexibilidad está muy relacionada con el hígado, tanto a nivel de
alimentación como de emociones. El cuerpo emocional necesita depurarse de
emociones pasadas, requiere nutrirse de emociones nuevas, positivas, de amor,
de amistad y de comprensión; para ello hay que “dejarse querer” a nivel
familiar, de amistad, social y de uno consigo mismo.
Si realmente se
desea mejorar hay que empezar por la parte emocional, es imprescindible para
obtener resultados. Existen infinidad de ejercicios que se pueden hacer para
ayudar al plano psicológico, para mejorar la salud.
A continuación
escribo unas cuantas frases que pueden ayudar a este trabajo:

La mayoría de las
veces acarreamos emociones y vivencias pasadas sin darnos cuenta. Pueden pasar
años arrastrando vivencias que afectan a
todos los niveles de nuestro ser produciendo muchos bloqueos, tensión, emociones
contradictorias y pensamientos negativos.
Para conseguir
unos resultados satisfactorios es necesario contar con alguien de confianza que
nos ayude en el proceso. En ocasiones no hace falta contar con un expertos
constantemente, basta con tener cerca a una persona que nos escuche y que
permanezca a nuestro lado acompañando.

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