Podríamos decir que la Medicina Natural es el fruto del aprendizaje y conocimiento del entorno de los primitivos habitantes de la Tierra. Con la aparición de las primeras civilizaciones desarrolladas fueron apareciendo los primeros documentos médicos.

Los Egipcios fueron los primeros en asombrar al mundo con sus conocimientos. El papiro Erbes es el primer documento médico de la antigüedad descubierto en 1872. Con él, el pueblo Egipcio demostraba las virtudes medicinales de muchas plantas.
Los pueblos Indio y Chino también desarrollaron extensos tratados sobre las propiedades curativas de muchas plantas.
Con la llegada de Hipócrates, en el S. III a.c., (considerado por muchos como padre de la medicina moderna), se establecieron los conceptos básicos de lo que hoy se engloba dentro de la higiene. También investigó el uso correcto de las plantas medicinales, la hidroterapia o la correcta alimentación.
Llegados a la Edad Media, el estudio de la aplicación medicinal de las plantas se estancó, siguiendo la pauta de esta oscura época, donde las ciencias y las artes quedaron relegados a los monasterios. Incluso se llegó a perseguir y a sacrificar a todos aquellos que osaron utilizar métodos considerados satánicos, como pudo ser la curación del cuerpo mediante artes y pócimas desacreditadas por la Iglesia en la época. Fue el clero el encargado de aprender las antiguas artes de curar con hierbas, con sus propios huertos y fabricando sus propias pócimas, que aún hoy son de reconocido prestigio.

Con la conquista de América, la medicina natural se vio fuertemente enriquecida con el saber y las prácticas de los pueblos indígenas. Una vez más, fue el clero el encargado de recolectar el saber y lo aplicaron a sus propios conocimientos, introduciendo con ello nuevas hierbas y plantas provenientes de América a la medicina. En esta época también aparecen las escuelas médicas en toda Europa, así como la figura del alquimista (personaje que sienta las bases de los futuros químicos).
Las escuelas más destacadas en el estudio de la medicina natural aparecen en Italia y Alemania principalmente. En ellas se forjan personajes de renombre como Augusto Bier, que promovió la anestesia endovenosa y la raquitomía, ó Samuel Hahnemann, mentor de la homeopatía.
Éstos y otros muchos logros aportados a lo que hoy se conoce como medicina tradicional parten de la misma raíz: las plantas.
La medicina natural o fitoterapia sufre un relegamiento con la aparición de la síntesis química en el S. XIX . Con el desarrollo industrial se llega al S.XX, dejando las plantas subordinadas a una práctica medicinal menor.
Pero la importancia del mundo natural es de destacar, aunque no esté bien reconocido. No en vano, productos como la penicilina, la aspirina, la belladona, la digital, etc., entre otros muchos, salen del mundo natural.
Además, a mediados del S.XX entraron en crisis los productos destinados a la medicina estableciéndose fuertes controles farmacológicos que aún hoy perduran.
En cambio, la medicina natural prosiguió su desarrollo aunque de forma minoritaria, pero ha dado sus frutos con medicamentos naturales de reconocido prestigio como el Ginseng, Aloe Vera, Castaño de Indias, Centella Asiática, Fucus ...
Últimamente los laboratorios químicos y farmacéuticos se han acercado voluntariamente al mundo natural para investigar de forma más activa y eficaz los productos naturales y las posibilidades de la vegetación en la medicina, lo que deja patente el verdadero potencial de las plantas sobre el ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario