POR UNA VIDA MÁS SANA Y NATURAL

La medicina natural estimula la vitalidad y ayuda a recuperar el equilibrio de las funciones corporales.
Es utilizada desde hace siglos para aliviar dolores y sufrimiento.

martes, 30 de septiembre de 2014

CUERPO Y DEPORTE





El cuerpo de un deportista no debe ser sólo apariencia. La complexión fuerte importa, pero no mucho si no se cuida el interior. Un deportista debe cuidar sus defensas, su sistema cardiovascular, su hígado y su aparato respiratorio. Una dieta equilibrada y complejos naturales ayudarán a rendir más, evitar lesiones y a recuperarse más rápido ante una lesión o enfermedad.

Todos conocemos la frase: ”El deporte es salud”, se ha convertido en un tópico y aunque sea cierto, si matizamos bien nos daremos cuenta de que es una verdad a medias.

El deporte produce muchos efectos positivos en el organismo, pero en ocasiones genera otros efectos negativos poco conocidos, sobre todo al deportista profesional.

Los profesionales de la salud frecuentemente se encuentran con personas que practican deporte asiduamente a gran intensidad y que padecen lesiones (en ocasiones graves) por ejercitarse de forma inadecuada y en unas condiciones fisiológicas insuficientes.


                                       

Personalmente considero que el deporte es fundamental para la salud, pero hay que conjugarlo con otros factores muy importantes como la dotación genética, la nutrición, el estrés y otros hábitos saludables.

Enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión, alteraciones nerviosas, et., se pueden prevenir con el ejercicio continuado, pues se desarrolla el cuerpo física y psicológicamente.

Está demostrado que el deporte hace disminuir la frecuencia cardíaca en reposo y cuando se hace el esfuerzo se aumenta la cantidad de sangre que bombea el corazón con cada latido. Esto fomenta la circulación dentro del músculo cardíaco y favorece la “alimentación” del corazón. Así se contribuye a la reducción de la presión arterial. Todo esto a su vez aumenta la circulación sanguínea en todos los músculos, se disminuye el riesgo de formarse coágulos dentro de las arterias y por consiguiente se previenen infartos y trombosis.
Con toda esta activación cardíaca también se contribuye a evitar las temidas varices y se facilita la reducción del colesterol.
El impacto del ejercicio sobre la salud mental está más que demostrado. Reduce el estrés mental, el grado de agresividad, la ira, la ansiedad, la angustia y la depresión. Además mejora el sueño. Pero con una actividad física mal planeada se produce una falta de preparación ó una recuperación insuficiente, los niveles cardíacos no acompañan y entonces se generan las lesiones y un debilitamiento del sistema inmunológico, causando trastornos psicológicos como ansiedad, angustia y depresión.

                                   

Para que todo vaya bien y el deportista no tenga contratiempos, lo primero es preparar el sistema inmunológico y después aplicar una dieta acorde a las necesidades físicas del deportista. Para ello es muy importante el asesoramiento profesional.

Si la práctica deportiva está guiada por un monitor, éste deberá estar capacitado para atender las necesidades del deportista.

Otra cosa muy importante a la hora de practicar un deporte es el estar “concentrado”; esta actitud es fundamental para darse cuenta de todas las señales que envía nuestro cuerpo y así poder prevenir futuras lesiones.

El deportista debe estar atento durante la sesión de entrenamiento, conocer sus límites y ser consciente de sus capacidades en todo momento.

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