El cuerpo de un deportista no debe ser sólo apariencia. La
complexión fuerte importa, pero no mucho si no se cuida el interior. Un
deportista debe cuidar sus defensas, su sistema cardiovascular, su hígado y su
aparato respiratorio. Una dieta equilibrada y complejos naturales ayudarán a
rendir más, evitar lesiones y a recuperarse más rápido ante una lesión o enfermedad.
Todos conocemos la frase: ”El deporte es salud”, se ha
convertido en un tópico y aunque sea cierto, si matizamos bien nos daremos
cuenta de que es una verdad a medias.
El deporte produce muchos efectos positivos en el organismo,
pero en ocasiones genera otros efectos negativos poco conocidos, sobre todo al
deportista profesional.
Los profesionales de la salud frecuentemente se encuentran
con personas que practican deporte asiduamente a gran intensidad y que padecen
lesiones (en ocasiones graves) por ejercitarse de forma inadecuada y en unas
condiciones fisiológicas insuficientes.


Personalmente considero que el deporte es fundamental para
la salud, pero hay que conjugarlo con otros factores muy importantes como la
dotación genética, la nutrición, el estrés y otros hábitos saludables.
Enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión,
alteraciones nerviosas, et., se pueden prevenir con el ejercicio continuado,
pues se desarrolla el cuerpo física y psicológicamente.
Está demostrado que el deporte hace disminuir la frecuencia
cardíaca en reposo y cuando se hace el esfuerzo se aumenta la cantidad de
sangre que bombea el corazón con cada latido. Esto fomenta la circulación
dentro del músculo cardíaco y favorece la “alimentación” del corazón. Así se
contribuye a la reducción de la presión arterial. Todo esto a su vez aumenta la
circulación sanguínea en todos los músculos, se disminuye el riesgo de formarse
coágulos dentro de las arterias y por consiguiente se previenen infartos y
trombosis.
Con toda esta activación cardíaca también se contribuye a
evitar las temidas varices y se facilita la reducción del colesterol.
El impacto del ejercicio sobre la salud mental está más que
demostrado. Reduce el estrés mental, el grado de agresividad, la ira, la
ansiedad, la angustia y la depresión. Además mejora el sueño. Pero con una
actividad física mal planeada se produce una falta de preparación ó una
recuperación insuficiente, los niveles cardíacos no acompañan y entonces se
generan las lesiones y un debilitamiento del sistema inmunológico, causando
trastornos psicológicos como ansiedad, angustia y depresión.


Para que todo vaya bien y el deportista no tenga contratiempos,
lo primero es preparar el sistema inmunológico y después aplicar una dieta
acorde a las necesidades físicas del deportista. Para ello es muy importante el
asesoramiento profesional.
Si la práctica deportiva está guiada por un monitor, éste
deberá estar capacitado para atender las necesidades del deportista.
Otra cosa muy importante a la hora de practicar un deporte
es el estar “concentrado”; esta actitud es fundamental para darse cuenta de
todas las señales que envía nuestro cuerpo y así poder prevenir futuras
lesiones.
El deportista debe estar atento durante la sesión de
entrenamiento, conocer sus límites y ser consciente de sus capacidades en todo
momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario