¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SIRVEN?
Muchos profesionales pensamos que la clave de la salud
reside en los intestinos. Y es que el intestino no es un simple órgano de
absorción. Es el elemento más relevante para la actividad del sistema
inmunológico y los mecanismos de protección inespecifica ya que es en este
órgano, precisamente, donde son más activos. Las células inmunocompetentes
reconocen los agentes patógenos y activan la producción de linfocitos que a su vez segregan anticuerpos
inespecificos.
Nuestro aparato digestivo está colonizado desde que nacemos
por una compleja y diversa colección de microorganismos, que constituyen la
flora microbiana y tienen una gran influencia en muchas características
bioquímicas, fisiológicas e inmunológicas de nuestro organismo.
El estrés, los malos hábitos alimentarios y el abuso de
antibióticos son sólo algunos de los factores que pueden afectar negativamente
el necesario equilibrio de nuestra flora intestinal.
La ingesta de productos llamados prebióticos que estimulan
la acción bacteriana; los probióticos, que contienen microorganismos vivos y
activos una vez que colonizan el intestino; ó los simbióticos, que asocian
ambos, es una buena alternativa natural y sin efectos secundarios para mejorar
notablemente el funcionamiento intestinal.
¿Qué es un
prebiótico?
Un prebiótico es un ingrediente alimentario no digerible que
afecta beneficiosamente al intestino estimulando de forma selectiva el
crecimiento y/o la actividad de una o de un grupo de bacterias en el colon y
así mejorar la salud del organismo.
Es decir, es una sustancia de origen vegetal que estimula el
crecimiento y la actividad de las especies bacterianas beneficiosas para el
organismo.
Los prebióticos controlan durante el tránsito intestinal la
absorción de grasas por parte del organismo actuando como antimicrobianos y
anticancerígenos. Además, facilitan la absorción de calcio y otros minerales.
Y por otro lado, estimulan la inmunidad del tubo digestivo
para prevenir infecciones intestinales y eliminar las bacterias patógenas y sus
toxinas.
Al modular
positivamente la fisiología del tracto gastrointestinal aumentan el peso
de las heces y la frecuencia de evacuación.
Los alimentos que contienen ingredientes prebióticos son
muchos y de gran variedad. Principalmente frutas y verduras, además de los
frutos secos y cereales. Trigo, puerro, espárrago, cebolla, raíz de achicoria,
ajo, alcachofa, tomate, alfalfa y plátano entre otros.
Entre otras cosas los
prebióticos actúan:
1. Mejorando la microflora intestinal.
2. Regulando el tránsito intestinal.
3. Ejerciendo un efecto protector del colon.
4. Potenciando el buen funcionamiento del
sistema inmunológico.
¿Qué es un
probiótico?
Un alimento probiótico es generalmente un lácteo que
contiene ciertos tipos de microorganismos específicos e inócuos, cuyos efectos
son beneficiosos para la salud.
Estos microorganismo ingeridos a través de la alimentación
logran llegar vivos al intestino delgado donde interaccionan con las bacterias de la microflora endógena.
También colonizan el intestino grueso y estabilizan la flora intestinal al
adherirse a la mucosa del intestino para impedir la actividad de los
microorganismos dañinos formando una barrera protectora contra bacterias
patógenas como la escherichia coli, la salmonella, el staphilococus, la
cándida, etc.
Para conseguir una higiene intestina eficaz es necesario
cuidar atentamente la alimentación; es aconsejable consumir alimentos
probióticos (por ejemplo el yogurt), que contengan microorganismos buenos en
condiciones de perfecta vitalidad y capaces de integrarse en la flora autóctona
del organismo proporcionando efectos beneficiosos.
En lo que se refiere a los lactobacilos existen diversas
especies que varían enormemente en sus propiedades de adherencia al epitelio
intestinal y en sus patrones de colonización. Los lactobacilos más comunes son
los siguientes:
·
Lactobacillus
bulgaricus: Usado tradicionalmente para la preparación de yogurt.
Estimula el crecimiento de las bifidobacterias y favorece el aumento de las
defensas.
·
Lactobacillus
casei: Ayuda a equilibrar la microflora intestinal y refuerza el
sistema inmunitario.
·
Lactobacillus
plantarum: Produce distintos tipos de proteínas que ayuda al equilibrio
de la microflora.
·
Lactobacillusacidophilus:
Ejerce una acción antagonista sobre el crecimiento de otras bacterias y
refuerza el sistema inmunitario.
·
Lactobacillus
sporogens: Este lactobacilo inhibe el crecimiento de gérmenes
patógenos.
·
Lactobacillus
helveticus: Especialmente concentrado en la leche ácida y ayuda a
regular el PH.
·
Lactococcus
lastis: Se utiliza para controlar procesos de fermentación.
·
Propionibacterium
schermani: Se utiliza principalmente en el sector quesero,
principalmente por su capacidad para fermentar lactosa. Es muy útil para las
personas que presentan intolerancia a la lactosa.
·
Streptococcus
thermophilus: Facilita la digestión de la lactosa y estimula la
actividad biológica.
·
Bofidobacterium
bifidum: Ejerce efectos contra la diarrea de la lactancia y regula el
PH intestinal.
Los principales
efectos nutricionales de los probióticos son:
a) Favorecen la digestión de las proteínas, las
grasas, la lactosa, la asimilación de aminoácidos esenciales y la síntesis de
las vitaminas del grupo B.
b) Estimula el sistema inmunitario y neutraliza
otros productos que resultan tóxicos.
c) Lucha contra el estrés.
d) Protege contra infecciones intestinales.
e) Protege el aparato urogenital.